Primero, en GZTgunea estuvimos jugando
con los modelos de los planetas a escala 1:1.588.000.000, y aprendimos a
calcular las distancias que separan a unos de otros en base a esa misma
proporción.
Paramos a tomar un hamaiketako a la
altura de Saturno, donde además aprovechamos a hacer un experimento para
entender la ley de la gravitación universal, y el movimiento de los planetas.
Terminamos muy cerca del Garbigune, a
casi tres kilómetros de nuestra maqueta de Sol, y el largo paseo nos sirvió
para hacernos una idea más clara de las enormes distancias que nos separan de
los planetas vecinos que, generalmente, en las ilustraciones suelen aparecer
apelotonados alrededor de un sol de tamaño irrealmente pequeño.
Esta sensación de insignificancia y
fragilidad puede sernos de gran utilidad a la hora de abordar los retos que nos
deparará el futuro, especialmente en lo referente al cuidado de nuestra pequeña
y querida Tierra. Así lo pensó también Carl Sagan cuando vio la fotografía que
la sonda Voyager 1 envió en 1990 desde los límites del sistema solar. Suspendida
como un punto azul pálido en la
inmensidad, estaba nuestro planeta.
En el siguiente vídeo, el genial científico
y divulgador expresa sus reflexiones sobre esa fotografía:
Este vídeo
explica de forma amena nuestra posición en el universo:
Y aquí podéis
ver otra representación a escala del sistema solar en un desierto:
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